¿Por qué perder tiempo con lo que no existe?
¿Por qué negar algo que no existe? ¿Que nos ocupemos de Dios no es contradictorio con decir que no existe? ¿Acaso ocupamos tiempo negando al gato con botas?
Ciertamente, ocupamos más tiempo manifestando nuestra posición respecto a la no existencia de dioses que a la del gato con botas. Los motivos no son pocos.
¿Por qué negar algo que no existe? ¿Que nos ocupemos de Dios no es contradictorio con decir que no existe? ¿Acaso ocupamos tiempo negando al gato con botas?
Ciertamente, ocupamos más tiempo manifestando nuestra posición respecto a la no existencia de dioses que a la del gato con botas. Los motivos no son pocos.
- Sufrimos una sociedad donde por defecto somos creyentes. Por tanto, la única forma de diferenciarnos, es manifestando nuestro ateísmo. En cambio, no hace falta explicar que uno no cree en el gato con botas para que el resto lo suponga.
- La gente no se mata en nombre del gato con botas.
- Nadie pretende reemplazar el conocimiento científico con la teoría del gato con botas.
- Nunca nadie pretendió imponernos una moral relacionada con la enseñanzas del gato con botas.
- No tenemos que respaldar a los creyentes del gato con botas con nuestros impuestos.
- No hay creyentes del gato con botas manifestando en cines donde se exhiben películas de Blancanieves, en exposiciones donde se muestra al gato con botas desnudo o en reuniones donde se cuestiona su existencia.
- No hay creyentes que toquen timbre a las ocho de la mañana de un domingo para venderme "la palabra del gato con botas".
- No hay quien haga lobby para que el gobierno apruebe o no tal o cual ley a favor del mito del gato con botas.
- El gato con botas es un cuento que se difunde como tal. La Biblia y otros de su estilo son un cuento que se difunden como una verdad indiscutible. Los ateos negamos que exista algún privilegio que les permita a las religiones sostener como verdad cualquier novela que, en otro contexto, sería tomada como simple ficción.
- Finalmente, la no existencia de Dios es un tema que al menos a mí me divierte.